El petróleo hoy por hoy es uno de los recursos más utilizados alrededor del mundo, está presente en nuestra vida diaria y la demanda de este en múltiples áreas sigue en constante crecimiento, por lo que cada vez se requiere más “aceite de roca”.
El reto de las aguas profundas para la industria del petróleo
Debido
al amplio uso que se le da al petróleo y para todas las actividades para las
que es empleado, no es de extrañarse que la demanda de este siga creciendo día
con día, sin embargo los yacimientos de donde se extrae normalmente comienzan a
declinar con el paso del tiempo, lo que a su vez se traduce en falta de
abastecimiento a la creciente demanda de este, por lo que la incursión en los
denominados yacimientos en aguas profundas y ultra profundas más que una opción
es una necesidad para múltiples países considerados como productores de
petróleo.
En
la actualidad, son solo 33 países los que extraen la mayor cantidad de
hidrocarburo a nivel mundial en aguas profundas y ultra profundas, Pero, ¿por
qué solo unos cuantos? teniendo en cuenta que existe un gran número de países con
potencial en cuanto a reservas de hidrocarburos, no todos han sido capaces de
aprovecharlas de manera eficiente y sacarle el mejor provecho, un caso que
ejemplifica esto es el de México, que no ha logrado hacer lo que empresas
privadas alrededor del mundo han logrado hacer en diversas regiones perforando
a grandes profundidades y lo principal, extrayendo petróleo.
De acuerdo con diversas fuentes se estima que en la parte correspondiente del golfo para el país, existen alrededor de 29 mil 500 millones de barriles de petróleo crudo, una cifra que representa casi el 50% de la cantidad de recursos la nación.
Pero, ¿lograra México sacarle el mayor provecho a los recursos con los que cuenta?
Primero
debemos entender, que los proyectos de esta índole se vuelven más complicados a
medida que la profundidad de perforación aumenta, razón por la cual las compañías
que llevan a cabo este tipo de proyectos reparten la inversión con el objetivo
de distribuir el riesgo y así evitar pérdidas multimillonarias en caso que el
pozo resulte seco o no produzca de forma rentable, sumado a esto las alianzas
entre compañías e inversionistas permiten conseguir la tecnología que se
requiere para la perforación en aguas profundas, tecnología que sin el
presupuesto necesario sería muy complicada de conseguir debido al alto costo
que esta representa.
Dichas
situaciones ponen a México en un panorama complicado cuando de llevar a cabo
proyectos en aguas profundas se trata, ya que alianzas estratégicas permitirían
al país incursionar en su parte del Golfo y lograr aprovechar ese “tesorito”
que se encuentra bajo el fondo marino.
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