¿Qué sabemos del barco petrolero FSO Sofar varado en Yemen?
En
los últimos días ha estado sonando por diferentes sitios el tema del barco
petrolero llamado FSO Sofar, el cual ha estado varado en las costas de Yemen
por casi más de cinco años, para ser un poco más específicos desde los inicios
de la guerra civil en aquel país.
Pero… ¿de qué se trata todo esto?, bien, nosotros te lo contamos.
Al
inicio de la guerra civil en el país árabe, un barco petrolero que pertenecía a
la Corporación de Petróleo y Gas de Yemen, empleado en las tareas de
almacenamiento y transporte de crudo, quedo varado en las aguas del mar Rojo,
exactamente a unos 60 km al norte del puerto de Hudayhad, en manos de los
rebeldes de aquel país.
El petrolero contiene en su interior un total de 1.1 millones de barriles.
Con
un aproximado de 45 años de edad, el barco de origen japonés que fue vendido a
la empresa petrolera Yemení, no ha recibido un manteniendo como tal desde el
inicio del conflicto entre quienes actualmente custodian el barco, los hutíes,
los cuales son respaldados por Irán en contra del gobierno quien a su vez está
siendo apoyado por una coalición liderada por Arabia Saudita.
¿Por qué es peligroso?
Casi
desde que se dio a conocer la noticia del estancamiento de este barco en las
aguas del mar Rojo, el tema ha estado sobre la mesa de debate de organismos
internacionales , ya que el hecho que un buque al que se le ha catalogado como
“fantasma”, se encuentre en una ruta marítima importante, supone un gran
riesgo, ya que las condiciones bajo las que se encuentra señalan que el estado
de las instalaciones es deplorable, lo que podría ser el indicio de una
explosión que provocaría un percance medio ambiental nunca antes visto.
“La
tubería exploto, enviado agua a la sala de máquinas y creando una situación
realmente peligrosa”, fue lo que se dijo en un informe de IR Consilium, una
consultora marítima global que sigue de cerca al barco.
El agua logro ingresar a la sala de máquinas
de este barco contenedor, aunque buzos pertenecientes a las tropas hutíes lograron
realizar una reparación, sin embargo de acuerdo con la ONU, no se sabe cuánto
tiempo pueda resistir y si la próxima intrusión podría provocar el hundimiento inminente
y con ello una de las peores catástrofes ambientales en el mundo.
Fue
este mismo grupo de rebeldes, que tras varias negociaciones permitieron el paso
a un equipo de la ONU para que pudiera realizar una evaluación del petrolero,
aunque la sola intervención al análisis del contenedor no significa la solución
al problema, por lo que el 15 de Julio el Consejo de Seguridad llevo a cabo una
reunión especial para llegar a un acuerdo de que se debe de hacer con esta
“bomba de tiempo”, como ha sido llamada por muchos.
¿Qué consecuencias traería el derrame?
Múltiples
organismos internacionales han señalado sobre los peligros que se derivan de
una posible explosión o hundimiento del barco petrolero, tanto para la vida
marina como la las decenas de miles de personas que viven en la pobreza y que
dependen en su totalidad de la pesca.
Tan
solo de acuerdo a estudios se estima que en el país árabe un aproximado de
126.000 personas trabaja en la industria pesquera, por lo que el posible
derrame de petróleo ocasionaría una pérdida de empleos masiva.
Para
que nos demos una idea, un derrame de tal magnitud sugiere que se necesitarían
más de tres décadas para que el mar Rojo se recuperase de un derrame de tal
magnitud.
A pesar de todo esto y que el hecho de sacar el tanque de dicho zona sería una de las soluciones más viables, el problema no termina ahí, ya que una pregunta que ha salido a la luz en los últimos meses es...
¿Quién se quedara con la carga almacenada por el barco?
Para
esto el alto líder rebelde, Mohamed Ali al-Houlhi, solicito el pasado mes de
junio vía twitter, que el barco sea reparado y que el valor del cargamento
contenido sea empleado en los salarios de los trabajadores de Houthi, aunque
por otro lado el primer ministro de Yemen, Maïn Abdelmalek Saïd, solicito a la comunidad internacional un castigo
ejemplar a los hutíes por negarse y evitar la inspección del barco varado en
las costas de Yemen por parte de los especialistas de la ONU, señalando que el
valor del petróleo contenido debería gastarse en salud y proyectos humanitarios.
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